domingo, 28 de marzo de 2010


JESUS de NAZARET triunfó de la MUERTE
SU REINO es ETERNO
Viene a vencer el mundo y el tiempo

Piedad, DIOS MIO, por aquellos que TE blasfeman, perdónales, ellos no saben lo que hacen,

Piedad, DIOS MIO, por el escándalo del mundo, librales del espiritu de Satanás.

Piedad, DIOS MIO, por aquellos que huyen de TI, dales el gusto de la Santa EUCARISTêA.

Piedad, DIOS MIO, por aquellos que vayan a arrepentirse al pie de la Cruz Gloriosa, que alli encuentren Paz y Alegria en DIOS nuestro SALVADOR.

Piedad, DIOS MIO, para que llegue Tu Reino, pero sálvales, están a tiempo todav’a... porque el tiempo está próximo, y he aqu’ que YO VENGO. AMEN.

CRUZ GLORIOSA tu dia


El Mensaje de la Cruz gloriosa fuè dado a una Madre de familia llamada Magdalena-, habitante de un pue'blo de Normandìa llamado DOUZULÈ (Francia) . La Cruz Gloriosa le apareciò en en cielo toda resplandeciente y majestuosa. En ese momento la voz sublime de DIOS se escuchò "Penitencia- Penitencia, es el tiempo de salvar a todos esos pecadores que no aman Jèsus" Asì como la muy Santa Virgen Marìa hablo en Lurdes a Bernardita, Nuestro Señor Jesùs Cristo Hablò a Magdalena para instruir eal Mundo , este Mundo que ha olvidado a DIOS y que corre a su pèrdida si no se convierte. Desde el perìodo del anuncio del Mensaje de Cristo (1972-1978) donde Jesùs anunciò tantas catàstrofes y trastornos sobre nuestra tierra si el Mundo no se convertìa, Magdalena pudo admirar la majestuosa belleza de Cristo y tocarle sus heridas (Jesùs de Nazareth està pués, bien VIVO) Cristo pide a su Iglesia de plantar una cruz (la CRUZ GLORIOSA) asi que un santuarioal pie. Esta cuz debe medir 738 metros de alto (altura del Gòlgota) y cada brazo debe medir 123 metros (*) DIOS quiere reunir todas las Naciones y las espera al pie de la Cruz Gloriosa para el Arrepentimiento Mundial y recibir el Perdon de DIOS. Ademàs de la oraciòn cotidiana, Cristo nos pide de ir todos los 28 de Marzo en procesiòn allì donde la CRUZ Gloriosa apareciò (sobre el Monte de DOUZULÈ).

viernes, 19 de marzo de 2010

Señor y Madre Nuestra


Bendice, ayuda y protege a Nuestro Pais


Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

Nos sentimos heridos y agobiados.

Precisamos tu alivio y fortaleza.

Queremos ser nación,

una nación cuya identidad

sea la pasión por la verdad

y el compromiso por el bien común.

Danos la valentía de la libertad

de los hijos de Dios

para amar a todos sin excluir a nadie,

privilegiando a los pobres

y perdonando a los que nos ofenden,

aborreciendo el odio y construyendo la paz.

Concédenos la sabiduría del diálogo

y la alegría de la esperanza que no defrauda.

Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,

cercanos a María, que desde Luján nos dice:

¡Argentina! ¡Canta y camina!

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

Amén.

PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN




- Lo que ve Jesús desde la cruz

- ¿No saben lo que hacen?

- Jesús, tú no puedes decir: “Padre, perdónales”

- Jesús y el perdón

- Jesús, consecuente con lo que había enseñado

- El perdón de Jesús y el nuestro

- Jesús nos enseña a perdonar

- El perdón, característica del martirio cristiano

- Distintos momentos de la oración de Jesús

- Jesús nuestro abogado

“Mirad el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo”


Ante Jesús que habla desde la cruz, yo te invito no tanto a bajar la mirada hacia lo más sucio de ti mismo, cuanto a levantarla sin miedo hacia la cruz, donde el amor de Dios se nos está manifestando de forma tan apabullante, y escuchar. Así, con los ojos fijos en el Crucificado, descubriremos la realidad de nuestro pecado, pero la veremos reflejada en quien es todo misericordia. Al conocerle a él, nos descubriremos también a nosotros mismos como seres locamente amados y totalmente perdonados. Es una experiencia dolorosa y a la vez sumamente dulce, porque se trata del reconocimiento del amor de Dios en nuestras vidas, incluso cuando esas vidas se apartan de él. Cuando yo estaba pecando, Dios me estaba amando. Y me estaba ya perdonando.

Cuando miramos a la cruz, somos también mirados desde la cruz por unos ojos que, al estar en alto y ser de Dios, lo penetran absolutamente todo y hacen innecesaria cualquier palabra que pudiera brotar de nuestros labios.

Anunciación del Señor

En esta fiesta, una de las más antiguas de la Iglesia, se conmemora la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María, nueve meses antes de su nacimiento. El relato evangélico dice que el arcángel Gabriel se aparece a María y la anuncia que va a ser madre del Salvador. María acepta la misión que Dios le confía respondiendo al ángel: "Hágase en mí según tu palabra". Esta fiesta tuvo diversas denominaciones tradicionales: Anunciación de Cristo, Fiesta de la Encarnación, Inicio de la Redención, Anunciación de la Santísima Virgen María. Con esta última fue celebrada desde tiempo inmemorial hasta la reforma de 1970, en que se llama Anunciación del Señor.